El 5 y 6 de mayo se realizó el Fórum Nacional “Agendas para el Desarrollo Rural Sostenible, en escenarios de cambio climático y los ODS” en la región Ayacucho, con la participación de Welthungerhilfe (Agroacción Alemana), ALDEHUS, Asociación Bartolomé Aripaylla, el Gobierno Regional de Ayacucho, la Universidad San Cristobal de Huamanga, la ANC y Propuesta Ciudadana. El primer día consistió en un conversatorio en el Centro Cultural de la Universidad San Cristóbal de Huamanga, donde se expuso sobre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y su importancia como herramientas para la elaboración de objetivos tanto en gobiernos regionales como en los planes de desarrollo de las distintas ONG.
En ese sentido, se contaron con dos paneles. El primero estuvo orientado a poner en perspectiva el asunto del cambio climático y el desarrollo de las comunidades campesinas de Ayacucho, así como también un balance y cuestionamiento sobre la pobreza rural. Hubo varios puntos en común por parte de los panelistas, uno de ellos fue el cuestionamiento a la homogenización de las técnicas y conceptos para abordar la realidad andina, en particular la ayacuchana, ya que la tradición tiene una gran relevancia en cuanto a manejo sostenible de la producción agrícola y tenía que reconocerse que habían factores exógenos, como los mercados orientados solo a la acumulación que condicionaban este tipo de tradición.
Así también, se pusieron en debate las ideas de que todo crecimiento implica un desarrollo, presentando un estudio en base a indicadores como salud, educación, trabajo, entre otros, en donde la pobreza no se redujo pese a los auges económicos en las diferentes partes de América del Sur. De esta forma, la implicancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible fueron abordados en tanto implican una transformación de la producción y su orientación comercial, aportando al cuidado del medio ambiente, respeto a las tradiciones locales y sobre todo, apostando por la sostenibilidad en todo lo que abarca el término.
Esta especie de conclusión fue abordada por el siguiente panel, donde se expuso de forma más técnica y con resultados concretos el avance de los proyectos llevados a cabo por diferentes ONG en diversas regiones, entre estas, la experiencia de IDMA en sus zonas de acción, y cómo se traducen en políticas públicas los esfuerzos conjuntos entre comunidad, autoridades y la institución. ¿Qué sentido tiene sino el trabajo realizado por estas ONG si no se traduce en políticas públicas? Quedo claro con los panelistas que sería improductivo y redundante asumir la problemática medio ambiental y del desarrollo humano sostenible sin incidir en el espacio público.
Al día siguiente, 7 del mismo mes, se realizó una visita a Quispillakta, donde la ONG ABA junto con las comunidades viene trabajando la siembra y cosecha de agua. Esto consiste en la captación de agua mediante una planta llamada putaja y que apartir de allí se generan condiciones de humedad para que el agua subterránea aflore en lagunas que luego son aprovechadas por los agricultores para la generación de microclimas, consumo y contrarrestar el cambio climático. Lo más importante, más allá del principio físico y las técnicas agroecológicas, es que esta práctica resulta de la tradición y la preservación de la cultura de la zona.
Estas comunidades, pese a haber sufrido intensamente la violencia política de Sendero Luminoso y el Estado peruano, se han reconfigurado bajo otro proyecto, que buscaba la reconciliación y repoblación de la zona mediante la construcción de casas de forma participativa. Es decir, cada familia que regresaba, mediante un ritual de compenetración con el territorio y la comunidad, construía su casa tal cual se les ocurría. Llegando a levantar 1060 casas en 1 año. En definitiva, los grandes aprendizajes que nos dejan estas jornadas son inmensamente ricos, pero tal vez uno trasversal sea el factor de la participación y sostenibilidad. Es decir, mientras no exista la apropiación participativa por parte de las comunidades sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de acuerdo a sus costumbres, no podrá desarrollarse con sostenibilidad y por consiguiente, terminará siendo defectuoso para enfrentar los escenarios del cambio climático