Balance de Labor Institucional 2000
Los observadores de nuestro tiempo lo han bautizado de diversas maneras: era de la información, era atómica, era de la globalización. Pero merecería también el triste título de “era de la desigualdad”: es difícil, en efecto, encontrar una descripción más idónea para un mundo con disparidades e injusticias tan impresionantes como injustificadas; un mundo en el que el 20 por ciento más pobre de la población recibe poco más del 1 por ciento de los ingresos totales, mientras que al 20 por ciento más rico le corresponde el 86 por ciento. Asimismo, nos resulta difícil concebir un futuro de sociedades seguras y civilizadas mientras se permita que tales disparidades se sigan ahondando; y sin embargo, bajo ciertos aspectos los datos que tenemos ante nosotros parecen indicar que ésta será la tendencia.